Localidad de Miñón de Santibáñez

Miñon se nos aparece en un alto, a la derecha presidido por su iglesia, donde para muchos se encuentra la joya artística del valle: su portada románica. La primitiva iglesia fue construida a finales del siglo XII o principios del XIII, como se deduce por la portada conservada en su fachada sur, con arcos apuntados. El arco interior, quizá el más interesante desde el punto de vista iconográfico, presenta doce relieves circulares que quieren representar los signos del Zodíaco, reconociéndose los correspondientes signos de Leo, Virgo y Sagitario. El relieve central aparece conrtado, al estar dispuestas las dovelas en arco apuntado. Un arco de carnosas hojas separa esta primera arquivolta de la segunda, con un grueso zig-zag y un ave bajo el ángulo de la dovela central. La tercera arquivolta lleva figuras de músicos y acróbatas, cerrando el último arco que va adornado con gruesos dentellones cobijados por una moldura que cierra la portada. Los capiteles sobre los que se asientan las arquivoltas, muy deteriorados y amputados al empotrarse en la portada un grueso contrafuerte, presentaban decoración vegetal -carnosas hojas como en la primera arquivolta - y aún pueden verse representadas dos sirenas cogiéndose las colas en uno de ellos. Sobre la puerta corre un tejaroz adornado con canecillos simples. La iglesia está dedicada a San Pedro y en su interior luce un retablo barroco de finales del siglo XVII, trazado por Policarpo de la Nestosa y realizado por José de la Torre y Marcos Recio. El retablo dedicado al Santo Cristo, realizado a principios del siglo XVII, la imagen principal es renacentista. El pueblo del Miñón se desparrama por la falda de la cuesta. Conocido como Miñón de Santibánez, sus orígenes se remontan al siglo XI; según un documento del Monasterio de Oña del año 1041, con el nombre de Mingón.