Localidad: 
Situada en la cuesta que asciende hacia el cerro de San Miguel fue construida posiblemente sobre la ermita de San Bartolomé. Su fachada es sencilla pero su interior merece especial atención. De primitiva fábrica románica fue sustituida a finales del siglo XIII y comienzos del XIV, para ser reformada en 1399 por iniciativa de Pedro de Camargo y García de Burgos y del obispo don Juan de Villacreces. En el siglo XV también se amplió la cabecera y en el siglo XVI se añadieron dos capillas: la funeraria de la Natividad (de hermosa bóveda octogonal, en la que destaca la artística reja y el retablo renacentista), la de la Cruz, obra esta última del arquitecto burgalés Juan de Vallejo. Considerada como una de las más interesantes iglesias góticas de Burgos. Presenta planta de tres naves, más elevada la central, crucero y una cabecera formada por tres capillas. Del interior destacar la capilla funeraria de la Natividad, atribuida a Juan de Matienzo, que con su retablo renacentista y los sepulcros de sus fundadores aparece rematada por una original bóveda estrellada totalmente calada. En el crucero se abren la capilla de la Cruz y la de Nuestra Señora de la Buena Mañana, presidida por un retablo de finales del siglo XV atribuido a Gil de Siloé. El retablo barroco de la capilla mayor deja paso a la llamada capilla de los Reyes en la que se puede contemplar otro retablo de finales del gótico que, así mismo, parece ser obra de Gil de Siloé. Una bella escena de la Adoración de los Magos preside el conjunto. Otros muchos tesoros artísticos obligaran al visitante a demorarse en su apretada visita.