Localidad: 
Principal atractivo cultural de la villa. Fue fundado por el Conde Fernán González en agradecimiento a los antiguos eremitas que habitaban en una cueva (junto a lo que fue posteriormente el Monasterio) por los vaticinios favorables que le hicieron en referencia a las batallas contra los árabes en la reconquista de estas tierras. Se puede encontrar además en el pueblo una iglesia de planta tardo románico, con tres retablos de diferentes estilos. Cabe señalar la existencia de una interesante pila bautismal del s. XIII, una bellísima cruz procesional de plata y numerosas tallas entre las que destacan dos tallas de madera policromada de la Virgen sedente con el Niño (tipo Andra Mari), ambas de formas góticas, una de finales del siglo XIII y la otra ya con claros signos de la etapa final del estilo.