Localidad de Cardeñajimeno

En las inmediaciones de Cardeñajimeno los restos más antiguos que se han descubierto son los cimientos de una Villa tardorromana con un gran mosaico que representa escenas mitológicas de Atalanta y Meleagro. Sin embargo la primera cita escrita con el nombre del pueblo aparece en un documento procedente del monasterio de San Pedro de Cardeña y datado en el año 972, en el que se explica cómo el sitio fue poblado por Jimeno Pescador a finales del siglo IX.

Mucho más tarde el Censo de Floridablanca de 1787 lo menciona como Lugar que formaba parte del Alfoz y jurisdicción de Burgos en el partido de Burgos, que a su vez era uno de los catorce que formaban la Intendencia de Burgos durante el periodo que abarca entre 1785 y 1833. Su jurisdicción era de abadengo ejercida por el monasterio de San Pedro de Cardeña cuyo abad designaba el alcalde pedáneo. En cuanto a su arquitectura civil destaca la existencia de una interesante casa blasonada.

Etimológicamente su nombre deriva del nombre latino atilio, probablemente referido al fundador de la Villa, suceso que pudo realizarse a finales del siglo IX. Tras la fundación de Burgos y aprovechando la seguridad militar que producía su castillo, los repobladores castellanos atravesaron el Arlanzón e iniciaron una rápida colonización de las tierras que hay entre el río Arlanzón y el río Arlanza. Los monjes ocupan enseguida otro valle cercano, aunque con distinta orientación, y fundan el monasterio de San Pedro de Cárdena, que va a actuar como motor religioso, cultural y económico de esta comarca y de Castilla. El monasterio aparece actuando en el año 899 por lo que hay que adelantar unos años en su fundación.

Grupos de foramontanos llegan por esas fechas y don Gonzalo Fernández, conde de Burgos, les encamina hacia el Sur y hacia el enfaldo de la Sierra. Esos grupos de variadas procedencias norteñas y mozábares llegan a veces guiados por auténticos capitanes de la milicia y de agricultura. Uno de ellos fue Jimeno que fundará Cardeñajimeno, al borde del páramo sobre el río Arlanzón; otro pudo ser Munio Romániz que levantará Castrillo del Val. Atilio y sus hombres, generalmente unas pocas familias, acotaron su término, eligieron poblamiento, alzaron una torre de vigilancia y a su alrededor una iglesita rural y sus casas, más bien cabañas, y a esperar que llegue el nuevo siglo, convertidos en vecinos con poder decisorio en las cosas de su incumbencia particular.

Cardeñajimeno aparece con su nombre escrito (Cardenia de Atilio) en un pergamino del archivo del monasterio de Cárdena del año 945. El día 1 de junio, el sacerdote don Munio dona una iglesia de su propiedad, entonces muy frecuente y normal, los cercanos monjes en Cárdena. La iglesia está bajo la advocación de San Pedro, en el pago que llaman Arroyo. Por cierto, que alguna parte de dicha iglesia no debía pertenecer a don Munio, pues cuatro meses más tarde (1 de octubre) leemos en otro pergamino que varios señores también ceden a Cárdena sus derechos en la mencionada iglesia.